marzo 29, 2005

La verdad y la razón


Es algo que alguna vez en mi adolescencia pasó por mi mente por haber leído o escuchado algo por ahí.

Leyendo Caballo de Troya (alguno de los 3 primeros tomos - J.J. Benítez) volví a pensarlo ya que algunas veces se toca el tema (entre muchísimos otros), sino es que todos los temas (en la vida en general, no del libro únicamente) tratan sobre la verdad.

Porque eso es lo que busca la ciencia ¿o no?.

Ahora bien, el hombre se deja llevar (regularmente y estando cuerdo, aunque otras no tanto :P) por la razón, a excepción quizá de cuando se encuentra enamorado y hacemos cosas incoherentes y bla bla bla... pero ese será tópico en otra ocasión.

Ahora bien, mi punto es: ¿el tener la razón es símbolo de poseer la verdad (parcialmente)?

Yo digo que: Dos personas, tres, cuatro o las que sean, pueden tener la razón, aún cuando sean distintos puntos de vista, y aún así, no poseer la verdad.

He pensado en un ejemplo (disculpen si ofendo a algún historiador o realmente esta historia ha sido re-inventada con los siglos), suponiendo que la historia que se cuenta de Troya (...y Helena y Paris y Agamenón y todos ellos) es cierta (Se construye un caballo de madera muy grande y dentro se esconden muchísimos soldados sin descubrirse hasta estar seguros de que todos están desprevenidos para atacarlos y ganarles).

Si los Troyanos murmuran:

Persona V: Es un caballo de madera.
Persona W: Es una ofrenda.
Persona X: Es una burla.
Persona Y: Es el fin de la guerra.
Persona Z: Hemos ganado, ellos se han ido y nos dejaron su muestra de admiración con nosotros.

1. ¿Quién tiene la razón?
2. ¿Quién posee la verdad?

Me hubiese gustado un mejor ejemplo quizá, pero por el momento no se me ocurre... Si alguien tiene una mejor idea u opinión, se aceptan comentarios :).

Nota extra: Es coincidencia que ponga un ejemplo del caballo de troya (el pseudo-ariete) ya que empecé a hablar del libro. Como aclaración antes de que el lector haga un prejuicio, diré que el libro se titula así debido a un "nombre de proyecto"; trata de otra historia, muy distinta, muy recomendable si me lo permiten.

marzo 24, 2005

Algo de Civismo (2)

El otro texto... Que en igualdad de circunstancias puede buscarse y compararse con otras versiones en cualquier otro medio y juzgarse como el gentilísimo lector guste y mande...

(Lectura complementaria)
El ciudadano del porvenir

El ciudadano del porvenir habrá de corresponder a un tipo leal, honrado, limpio, enérgico y laborioso, que quiera a su patria entrañablemente, sin necesitar engañarse, para quererla, sobre los males y flaquezas que aún la agobian y que sea digno de comprender esas flaquezas y aquellos males, no para exagerarlos con la ironía o el pesimismo, sino para corregirlos con el trabajo, con el sacrificio, con la virtud.

Un tipo de ciudadano veraz en todo; veraz con sus semejantes y veraz consigo mismo, fiel a su palabra; superior a las mezquindades del servilismo gregario y la adulación; que no se cruce de brazos ante las dificultades, esperando que lo salven de ellas, tardíamente, un golpe de suerte, un medro ilegítimo, una astucia vil.

Un ser que no abdique de sus derechos por timidez o por negligencia, pero que no lo ejerza abusivamente y que, sobre todo, jamás olvide que la garantía interna de esos derechos radica en el cumplimiento de los deberes, porque sin el cumplimiento de los deberes, cualquier derecho resultaría un privilegio específico y excepcional.

Un ser que ame la vida y que la enaltezca.

En fin, un tipo de ciudadano capaz de juzgar las cosas y los hombres con independencia y rectitud, porque sea capaz de juzgarse a si propio antes que a los otros y que sepa que, por encima de la libertad que se obtiene como un legado, el destino de los pueblos coloca siempre la libertad superior, la que se merece.

Jaime Torres Bodet.

Algo de Civismo

Ni yo me lo creo. Si de verdad fuera otra persona y viera este blog pensaría que soy otro... al menos hasta este momento, por la cantidad y el tipo de comentarios que he escrito. Pero espero confiado en que el amable lector no juzgue por lo que este humilde servidor escribe.

Quien iba a decir que las libretas guardadas algún día iban a servir... bueno, algunas sí sirven, pero es raro después de 5 o 6 años...

Si alguien gusta, puede buscar este texto en internet, así como busqué el poema de Sembrando, también lo hice con este, con la diferencia de que ahora sí contaba con el "original", o bueno, al menos el papel que una maestra de Civismo me dio en secundaria, allá cuando tenía más o menos 15 años. He encontrado algunas diferencias, por ello lo transcribí, en otra versión que encontré había más que nada correcciones de estilo (algunas buenas a mi parecer), más no de contenido. Confío en que el lector sabrá entender las circunstancias y épocas en que se escribió ese texto, al igual que comprende la situación y época actual (el contexto, en palabras llanas).

(Lectura Complementaria)
Exhortación de un mexicano a su hijo

"Hijo mío, has salido a la luz del vientre de tu madre como el pollo del huevo, y creciendo como él, te preparas a volar por el mundo, sin que nos sea dado saber por cuánto tiempo nos concederá el cielo el goce de la piedra preciosa que en ti poseemos; pero sea lo que fuere, procura tu vivir rectamente rogando continuamente a Dios que te ayude. Él te crió, y el te posee. Él es tu padre y te ama más que yo: pon en él tus pensamientos, y dirígele día y noche tus suspiros. Reverencia y saluda a tu amyores, y nunca les des señales de desprecio; no estés mudo para con los pobres y atribulados, antes bien date prisa a consolarlos con buenas palabras. Honra a todos, especialmente a tus padres, a quienes debes obediencia, temor y servicio. Guárdate de imitar el ejemplo de aquellos malos hijos, que a guisa de brutos privados de razón, no reverencían a los que les han dado el ser, ni escuchan su doctrina, ni quieren someterse a sus correcciones, porque quien sigue sus huellas tendrá un fin desgraciado y morirá lleno de despecho, o lanzado a un precipicio o entre las garras de las fieras.

No te burles, hijo mío, de los ancianos y de los que tienen alguna imperfección en su cuerpo. No te mofes del que vea cometer una culpa o flaqueza, ni se la eches en cara; confúndete, al contrario, y teme que te suceda lo mismo que te ofende en los otros. No vayas a donde no te llamen ni interfieras en lo que no te importa. En todas tus palabras y acicones procura mostrar tu buena crianza. Cuando converses con alguno no le molestes con tus manos, ni hables demasiado, ni interrumpas o perturbes a los otros con tus discursos. Si oyes hablar a alguno desacertadamente y no te toca corregirlo, calla; si te toca, considera antes lo que vas a decirle, y no le hables con arrogancia, a fin de que sea más agradecida tu corrección.

Cuando alguno hable mal contigo, óyelo atentamente y en actitud comedida, no jugando con los pes, ni mordiendo la capa, ni escupiendo demasiado, ni alzándote a cada instante si estás sentado; pues estas acciones son indicios de liderazgo y mala crianza.

Cuando te pongas a la mesa, no comas aprisa ni des señales de disgusto si algo no te agrada. Si a la hora de comer viene alguno, parte con él lo que tienes y cuando alguno coma contigo, no fijes en él tus miradas.

Cuando andes, mira por donde vas, para que no te torpieces con los que pasan. Si ves venir alguno por el mismo camino, desvíate un poco para hacerle lugar. No pases nunca por delante de tus mayores, sino cuando sea absolutamente necesario o cuando ellos te lo ordenen. Cuando comas en su comapñía, no bebas antes que llos y sírveles lo que necesiten para granjearte su favor.

Cuando te den alguna cosa, acéptala con demostraciones de gratitud. Si es grande, no te envanezcas; si es pequeño, no lo desprecies, ni te indignes ni ocasiones disgusto a quien te favorece. Si te enriqueces, no te insolentes con los probres, ni los humildes, pues los dioses que negaron a otros las riquezas para dártelas a ti, disgustados de tu orgullo, pueden quitártelas para darles a otros. Vive del fruto de tu trabajo, porque así te será más agradable el sustento. Yo, hijo mío, te he sustentado hasta ahora con mis sudores, y en nada he faltado contigo a las obligaciones de padre, te he dado lo necesario sin quitárselo a otros; haz tu lo mismo.

No mientas jamás, que es gran pecado mentir. Cuando refieras a alguno lo que otro te ha contado, di la verdad pura, sin añadir nada. No hables mal de nadie. Calla lo malo que observes en otro, si no te toca corregirlo. No seas noticiero ni amigo de sembrar discordias. Cuando lleves algún recado, si el sujeto al que lo envías se enfada y habla mal de quien lo envía, no vuelvas a él con esta respuesta, sino procura suavizarla, y disimula cuanto puedas lo que hayas oído, a fin de que no se susciten disgustos y excándalos de que tengas que arrepentirte.

No te entretengas en el mercado más del tiempo necesario, pues en estos sitios abundan las ocasiones de cometer excesos.

Cuando te ofrezcan algún empleo, has de cuenta que lo hacen para probarte, así que no lo aceptes de pronto, aunque t reconozcas más apto que otros para ejercerlo, sino excúsate hasta que te obliguen a aceptarlo, pues así serás más estimado.

No seas disoluto, porque se indignarán contra ti los dioses. Reprime tus apetitos, hijo mío, pues aún eres joven, y aguarda a que llegue a edad oportuna la doncella que los dioses te han destinado para mujer. Déjalo a su cuidado, pues ellos sabrán disponer lo que más convenga. Cuando llegue el tiempo de casarte, no te atrevas a hacerlo sin el consentimiento de tus padres, porque tendrás un éxito infeliz.

No hurtes, ni te des al robo, pues serás el aprobio de tus padres, debiendo más bien servirles de honra en galardón de la educación que te han dado. Si eres bueno, tu ejemplo confundirá a los malos. No más, hijo mío; esto basta para cumplir las obligaciones de padre. Con éstos consejos quiero fortificar tu corazón. No los desprecies ni los olvides, pues de ellos depende tu vida y toda tu felicidad."

Estos preceptos morales del México Indígena son reportados por Clavijero.


marzo 20, 2005

Un poema que recuerdo

No soy bueno para recordar cosas. Simplemente se me olvidan:
-"Acuérdate de apagar la olla con el pollo en 30 min"
Y se me olvida, ups

-"Podrías decirle que le llamé, que necesito que me conteste"
Y se me olvida...

Con el consiguiente regaño - sermón: "¿Cómo es posible que se te olviden las cosas?", "así no te van a aguantar en el trabajo", pero así es como uno aprende...

Pero hay cosas que no se van, cosas que por alguna razón se quedan, cosas que nadie me dijo: "pon atención que esto está bueno", "que no se te olvide", "acuérdate". Mi teoría es porque simplemente me gustó, porque el destino quiso que esta parte la aprendiera, que se quedara en mi mente y la recordara en ocasiones como esta.

Hará cosa de 5-6 años que escuché a un muy buen amigo: V.J.C.M. declamar este poema, cuyo nombre no recordaba ni mucho menos el autor (no con la intención claro), pero gracias al internet he podido encontrarlo por la última frase que recordaba, así como el tema.

Sembrando

De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no sé si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡Hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño.
¡Desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
-Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.

-¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa? dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
-Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho,
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

Por eso cuando al mundo, triste contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo,
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura.
Y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura.

Dijo el loco, y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!...

M. R. Blanco Belmonte

Nota: Creo que añadiré otros dos textos (viejos) que debo buscar para ver si son iguales en internet... (digo, a veces hay errores de dedo, así como bifurcaciones)...

marzo 17, 2005

Un mínimo esfuerzo

Mi segundo título (o más bien, tema) era: Lo que se debe y no se debe hacer (En México, si gustan), pero creo que queda englobado.

No pido más. Hoy estoy un poco descansado pues no tengo trabajo que hacer para mañana, pero aún así hay cosas que hacer, cosas por aprender, cosas que re-pensar.

Me pongo a ver el noticiero en televisión (el que vi no importa, cualquiera hubiera mostrado algo parecido; sino hoy, mañana) y digo: Cuánto mugre desmadre hay en este mundo.

Y ya lo había pensado, y lo sigo pensando y lo sigo creyendo: el cambio no lo hará nadie más que nosotros, ni mi papá ni mi mamá sólos, ni yo solito; YO, Y ELLOS, y tú que te tomas tu tiempo en leer esto, y que por supuesto espero que hagas algo más de provecho.

Incendios, robos, inseguridad, enfermedades, explotación laboral, contaminación, y cómo no quiere uno sentirse mal. ¿Le cambio de canal?, ¿y me río de una serie de tv? ¿o me entretengo en una película? ¿o apago la tele para no "perder el tiempo"?.

Coño, me cagan (con perdón de la expresión y la disculpa del lector) tantas injusticias con la gente, con el mundo, con los animales, las plantas.

Porque todo se merece respeto, se merece consideración, porque tengo mente para pensar, porque tengo cerebro y neuronas para elegir, porque sé discernir, porque si me quiero llamar ser humano debo sensibilizarme y entender el medio, porque si me llamo ser racional es porque sé en qué se tiene razón, porque si me llamo ser intelectual es porque sé tomar las mejores decisiones en el momento y lugar adecuado, porque tengo vida, porque los demás han ofrecido su tiempo para mi, porque mis ancestros dieron algo de su parte, aunque sea un mínimo esfuerzo, aunque sólo un día hayan puesto la basura en su lugar, esa basura hoy no está en mi medio.

Porque no puedo ni debo esperar a que los demás hagan TODO BIEN, porque debo entender que quizás es imposible hacer TODO sin ningún error, pero también entiendo que puedo lograr al menos un CASI TODO BIEN, porque al menos puedo dar un algo, quizá no un mucho ni un poco, ni un más o menos, pero sé y estoy seguro que puedo dar un MÍNIMO ESFUERZO.

Y de verdad me enoja, me irrita que no puedan tomarse un segundo de su tiempo para dedicar una sonrisa, un abrazo, para doblar un puto papelito y guardarlo para tirarlo en su lugar, porque no puedo tomarme un minuto de mi tiempo para rodear la jardinera que tiene pasto y caminar sobre el pavimento, porque no puedo preocuparme por caminar no sé cuantos metros para encontrar el bote de basura porque quizá creo que hay algún responsable de poner botes de basura cerca de mi.

Y el cambio está en "el presidente" seguramente, y "en los diputados" y en el jefe de la compañía, y en el que sobresale, y si alguno de ellos no me dice nada entonces no debo hacer nada para mejorar (y aunque sea mínimo cuidar) mi entorno... ¿Estoy siendo lo suficientemente sarcástico?

Y de verdad a veces pienso, si tengo la oportunidad, ¿por qué no la aprovecho?, ¿por qué no dedico al menos un capítulo de la caricatura que hago para hacer conciencia en los miles de televidentes?, ¿por qué no doy aunque sea un día de mi existencia en hacer bien mi trabajo?, ¿por qué no dejo de criticar un día?, ¿por qué no dejo de usar el coche un día?, dejo de fumar, apago mi cigarro, le doy una moneda al pobre, ¿por qué no busco mejores alternativas?, o cuando menos, porqué no tratar, intentar hacerlo.

No pido más. En verdad hoy es uno de esos días que de verdad daría mi vida por que Dios mejorara la vida de mucha gente, aunque sean sólo dos, aunque sea sólo una, aunque haya un habitante menos del total, pero habrá un feliz más en el universo, un 0.000000000...1% mejor.

Y díganme si no, el cambio inicia en la EDUCACIÓN. Diganme si el verdadero cambio no lo hará un niño-adolescente que apenas a sus 3, 4, 5, ..., 13, 14 o 15 años ha comprendido su papel en este mundo, que sabe que vivirá hasta 70 o más años probablemente... Alguien que desde sus 20 años toma conciencia de que los 40 o 50 años siguientes puede hacer lo correcto. Creo que podemos equivocarnos 20 años si los 40 siguientes haremos las cosas bien, y sobre todo, si evolucionamos más de lo que regresamos. Creo que aunque el último día de nuestra existencia nos demos cuenta, ese último día hagamos las cosas bien, creo que al menos vale la pena.

Último comentario por hoy: El Mundo es inseguro, sí, tan inseguro como el futuro de tus hijos si no les muestras la vida. Y el Mundo es riqueza, sí, porque existe gente que si te tomas la molestia de tratarlos bien, ellos te responderán con lo mejor que ellos pueden hacer.

marzo 05, 2005

Escasean los buenos maestros

Alguien me dijo alguna vez: "No es lo mismo un maestro bueno que un buen maestro".

Cosas del lenguaje. Con alguna otra profesión quizá pueda decirse lo mismo. Pero por ejemplo, no hace falta decir más que el maestro bueno puede tratarte con amabilidad, con cierta flojera, atendiéndote y hablándote de cosas sin trascendencia, y quizá cuando vea que tienes una mala calificación trate de "ayudarte" calificándote con otra calificación. Mientras que el buen maestro se explica sólo.

Así como lo de: "el fracaso tiene mil excusas, el éxito no requiere explicación". El buen maestro no requiere que lo adulen, quizá hasta pueda reprobarnos, pero a pesar de todo, él seguirá siendo un gran tipo a seguir. Alguien de quien aprendes muchas cosas, quien no necesita a veces de libros para enseñar, quien improvisa, quien sabe darse su lugar, alguien que tiene presencia, alguien que respeta y sus acciones lo dan a respetar, alguien que te apoya, que te impulsa, que busca que des más de ti, que te deja a veces estupefacto, quien te asombra, quien te muestra el camino correcto, quien no te da la solución sino los medios para encontrarla, quien es un líder.

Los alumnos deben aprobar, o por lo menos deberían, pero no sin esfuerzo. No digo que mucho o poco, pero que lo haya. Por algunos compañeros me llegó esta frase de un catedrático suyo: "Tienen que aprender CON el maestro, SIN el maestro y A PESAR DEL maestro". Les causaría cierta risa si llegaran a tener una buena cantidad de maestros (o quizá pseudo-maestros) que realmente no les preocupa su clase, sino (pareciera que sólo) cobrar, suele suceder.

¿O será acaso que escasean las buenas personas? Podría ser un tema aparte.

Maestros hay muchos, así como hay muchas hormigas, así como muchos licenciados, abogados, panaderos, médicos, dentistas, etc. Pero realmente son pocos, quizá hasta contados con los dedos de la mano, aquellos que uno dice: "Vaya tipo, es un cabrón." En el sentido de que es un buenazo en su área (y hasta en las que no son suyas quizá).

Y es que no sé si también hace falta que les digan: "Qué buena clase profe", "Ojalá de clases el siguiente año", así como hace falta darle flores a alguien, no siempre, no nunca, no esporádicas y en demasía, sino sutiles, de corazón, sinceras.

Y es que la profesión de maestro quizá no es de una sola actividad, de una clase social en particular, ni de cierto tipo de personas, es completamente general. Y muchas veces se estudia para ser maestro, pero no se estudia para enseñar, para dar ejemplo, para mostrar el camino, para dar fe. Así como no se estudian los buenos modales en general, ni la gracia, ni a caminar.

Los maestros forjan vidas, así como la familia, forman gente, forman ciudadanos, futuros padres, madres, ingenieros, presidentes, gonernadores, diputados, forjan el futuro. Forman generaciones, sociedades, grupos. ¿Y qué quieren del futuro?

A mi parecer, los buenos maestros (tanto los escolares como los "empíricos") son factores determinantes en la vida. Porque lo que enseñan está en frases, en acciones, en discursos, así como ciertas pláticas religiosas, que de religiosas quizá no deban serlo, sino pláticas humanas, humanitarias, éticas y morales.

Porque lo que se aprende y se queda es aquello en lo que se hace conciencia.

Los maestros quizá no hagan un juramento como el hipocrático, pero creo que deberían. Porque quizá sean la única persona en que alguien puede pensar: "Estoy dispuesto a aprender de ti", porque eso de confiar en cualquier extraño que se nos acerque en la calle y que nos empiece a decir: ¿Sabía ud. que...? como que de plano podría espantarnos. Además... ¿a qué va uno a la escuela (principalmente)?

Y es que habemos muchos simples mortales que quizá si no tuviésemos un "empujoncito" (sin albur) estaríamos como el borrego que sigue el rebaño sin saber porqué, y de vez en cuando toma su camino, pero a veces regresa. Habemos quienes sin una pequeña luz que nos ilumine el camino no habríamos avanzado grandes distancias, y habemos quienes no nos hemos visto, sino hasta que alguien nos dió esa descripción, hasta que alguien nos descubrió una cualidad que nosotros no habríamos reconocido, quienes quizá somos águilas que nos creíamos simples gaviotas.

Y me pongo a pensar:
- Es que en verdad, ¿lo bueno se da en poco?
- ¿Qué propósito tiene esto? o es que acaso no sabemos apreciar lo bueno de cada quien...
- ¿Es real y razonable aquello del "mantra"? y por los mismos rumbos ¿aquello del equilibrio del Ying y el Yang?... (Si hay algo bueno o algo bueno sucede, entonces debe ocurrir algo contrario que lo equilibre)
- Ya no sé qué pensar.

Pues como leí o escuché por ahí, de esas frases de almanaque: "Entre más reflexionamos sobre la vida, menos la entendemos". Yo digo que es cierto, así como el proverbio que dice (que la primera vez recuerdo que decían que era árabe, pero buscando en inter encuentro que es chino, so... doesn´t matter):

"Si tienes un problema... que no tiene solución
¿para qué te preocupas?,
y si la tiene,
¿para qué te preocupas?".