enero 10, 2006

Impresionante

Cómo es que siempre nos equivocamos, cómo es que nunca dejamos de hacerlo, por más buenos y más inteligentes y sabios, por más libros que leamos, por más tropiezos, caídas, raspones, nunca pasa un día o minuto sin que exista la posibilidad de que nos vuelva a pasar.

Cómo hay gente que nos tiene paciencia y gente que no nos la tiene. Cómo es que TIENEN que existir todos ellos para que aprendamos que no todo el mundo puede complacernos o entendernos, cómo es que tienen que existir las personas que nos presionan, que nos regañan, que nos jalan las orejas y la rienda para que, conforme crecemos, seamos o al menos lleguemos a ser mejores que antes. Cómo es que sin eso no puede pasar.

Cómo se dilata una pupila y el cuerpo se repone, cómo percibimos leves cambios de luz, sonido, calor, cómo la mente crea arte.

El proceso de aprendizaje, ese que no se ha comprendido, ese que no sabemos en qué dimensiones cabe, ni cómo se mantiene, cómo se "guarda", cómo se "borra", cómo se archiva, administra y crece.

El olvido, ese que nos mantiene en un constante aprendizaje, ese olvido de unos cuantos minutos, de un día o año. Es curioso cómo, por ejemplo, olvidamos amistades o quizá rencores.

Cómo hay de todo en la villa del señor.

Cómo es tan grande el universo, cómo somos tan pero tan pequeños y a la vez sabemos tanto.

Cómo tanta gente tira su tiempo, lo desperdicia, cómo es que nadie ha logrado lograr un cambio para bien.

Cómo hace falta sólo una persona para cambiar nuestras vidas.

Cómo hay tanta gente realmente hermosa, perfecta en su imperfección, sublime, como se dice: "hecha a mano", una obra de arte de la naturaleza, impresionante cómo su presencia o recuerdo hace latir más rápido nuestro corazón.

Impresionante lo mucho que se puede querer o amar.

Yo pienso que nunca deberíamos perder la capacidad de impresionarnos, porque estaríamos perdiendo nuestra capacidad de aprender.

enero 05, 2006

Libros y Humanos.

"Los libros son de esa clase de instrumentos que, una vez inventados, no pudieron ser mejorados, simplemente porque son buenos."
Umberto Eco.

Como toda frase, simple, sencilla y concreta. Quisiera relacionar este tema con otra frase:

"La educación es cara, pero la ignorancia lo es más."
Anónimo

Platicando con mi papá en cierta ocasión (no recuerdo ni cómo es que salió el tema, si viendo una película de náufrago o soledad o qué) alguno de los dos preguntó al otro ¿qué preferirías como compañía en una isla desierta: un libro o una persona? (bueno, dando por hecho que tenemos al menos lo más elemental para sobrevivir).

Me pareció una muy buena pregunta... ¿No lo cree así apreciable lector? Hay que tomar varias consideraciones me parece. Primero suponerse en una situación parecida, ya sea un viaje en barco o avión y por azares del destino ser el único sobreviviente que llega a una costa lejana y desconocida en el mapa o quizá de difícil acceso, y por acción de la marea y oleadas llegan a nosotros los restos de ese viaje o embarcación (vaya, imaginarse como un Robinson Crusoe o el protagonista de Náufrago), y después de unos cuantas horas o días nos vemos reconocidos en una isla desierta, con clima cambiante pero aguantable para vivir y probablemente lejos de la civilización. Vuelve a hacerse la pregunta: ¿qué prefiría: un libro u otra persona?

Probablemente se preguntarán: "¿qué libro o qué tipo de libro? No necesito un libro de cocina, a menos que de todo ello deduzca recetas que pueda moldear a mi ambiente; quizá una biblia pueda servirme para recapacitar; probablemente no necesito un diccionario porque no puedo hablar con nadie y nadie puede decirme palabras nuevas; quizá no necesito un libro de política, cultura, chistes o demás, aunque quizá podría 'perder' el tiempo leyendo cualquier cosa para no enloquecer". Y puede pensarse en toda una multitud de libros, quizá nunca leídos por nosotros o algunos que nos gusten tanto: "bueno, quizá ser acompañado de uno no sea tan malo, pero si tuviera toda una biblioteca sería mejor. Pero a fin de cuentas, estoy solo en una isla desierta".

Solo. Esa palabra que consecuentemente nos hace pensar quizá no en beneficios sino desventajas: "No hablar con nadie, no amar a nadie, no tener amigos, no reir con nadie, no jugar con nadie..."

Ahora bien, serán muchas frases para un tema pero por ahí alguna vez escuchamos: "El hombre es el peor enemigo del hombre". Wow, ¿será cierto?.

Y si tuviera una persona a mi lado... ¿quién sería?, ¿sería un niño, niña, mamá, una persona del sexo opuesto muy atractiva (se vale soñar :P), un político, un cocinero, un loco drogadicto, un alcohólico, un vago, un asesino, un sacerdote, un médico...? Vaya, tiene que recapacitarse mucho, pues podemos pensar dependiendo de nuestra forma de ser que: en tal situación, bien se olvidan muchos otros problemas y podemos ser amigos para acompañarnos en tal situación y quizá poder salir, pero ¿y si no?, ¿y si esa otra persona o yo no estamos locos pero ante tales circunstancias terminaremos por estarlo?

¿A poco no es una buena pregunta? Quizá un tanto filosófica. Y es tan variable su respuesta conforme distintas variables empleemos. Si la otra persona puede ayudarnos a salir, o si tiene mejores ideas que yo, o si comparte ciertos gustos, rutinas, costumbres o ideas, o si de plano terminará por matarme él antes que puedan salvarnos o podamos lograrlo, o bien para qué queremos libros si no sabemos leer.

Mi primera respuesta fue: "Prefiero otra persona". La de mi papá: "Un libro". Pero después recapacité mucho debido a la variabilidad de las personas. Mi primera respuesta fue canalizada hacia el punto de que entre dos personas podemos contarnos historias distintas, en primera nuestra vida, o al menos inventarnos o relatarnos libros, películas, chistes, anécdotas o novelas que hayamos visto, leido o experimentado.

Una vez un maestro me dijo un comentario que a él también había llegado: "Dos libros son los primordiales en la vida: Un diccionario y Una Biblia". ¿Y si me llegaran estos dos a mi isla?

Creo que esta es de las mejores preguntas que he dejado, y quizá más gente esté interesada en mostrar sus opiniones y sus razones. Quizá alguien prefiera tener un ser inteligente de otro planeta a uno de su propia especie, están abiertas las posibilidades ;)

enero 02, 2006

Unos cuantos centavos. Lo necesario y lo superfluo.

Unos cuantos centavos es lo que mucha gente pide con la mano o el sombrero extendido, o bien con un bote a sus pies, para sobrevivir cada día. Y no trataré la cuestión de quién tiene o no la culpa, porque no puede darse una respuesta que se pueda generalizar a todos los casos.

Sí, habrá gente que realmente lo necesite, y habrá también gente que "finja", habrá gente que se suba a los camiones y se invente cada día o cada hora una historia nueva sobre familiares fallecidos, sobre enfermedades, sobre hijos o situaciones dramáticas, habrá gente que se tienda en el piso con ropa sucia, zapatos viejos y cabello sin lavar, habrá quienes se "han resignado" a vivir así, aunque hayan nacido pobres, pero no tanto que no puedan ir a la escuela, habrá quienes teniendo sus mejores años (para quizá trabajar) fingen enfermedad o dolor o ponen cara de tristeza ante la gran cantidad de personas que pasan ante ellos, pero por supuesto, el ser pobre no priva a uno de tener sensatez y astucia, es por ello que la gente busca las salidas del metro, las cercanía de iglesias, las entradas de edificios muy concurridos, y quizá estos lugares se busquen más tratando de entrar con esa imagen que muestran, o con esas palabras que entran más que a los oídos a nuestro corazón, apelando a nuestra buena voluntad; quizá estos lugares se busquen más que los bancos, donde uno lógicamente piensa que hay mucho dinero y la gente por ende tiende a entrar o salir con fajos de billetes o cheques, pero como decía, esta pobreza no impide ni cohibe nuestra capacidad de pensamiento que nos lleva a deducir: "Vaya, pues mil personas diariamente a la salida del metro, iglesia o cerca de tiendas probablemente tengan morralla o 'cambio' (cincuenta centavos, un peso o dos, diez si bien nos va) , situación que en un banco probablemente no se dé tan seguido, ya que casi nadie se atreve a donar un billete aun cuando sea de la denominación más baja".

Pero bueno, el propósito que hoy me trae a tipear es la posibilidad de ser millonarios de un día a otro, esa posibilidad que a muchos nos hace quizá soñar con situaciones gratas, esa posibilidad que entra al subconsciente cuando compramos un billete de lotería, de combinaciones de números o resultados del futbol, esa utopía.

Y es que no sé que se puede hacer con tanto dinero (del que se dice que no hace la felicidad, sino que la compra hecha, :P), quiero decir, muchos pensamos en aumentos de sueldo, de mesada o de becas, porque una buena parte de la población creo que estamos acostumbrados a vivir con lo que tenemos, pero casi siempre hay algo (en la tele, en el aparador de la tienda, en internet) que de vez en cuando hace que pensemos en tenerlo, una televisión más grande, un auto nuevo, una piscina, casa más grande, ¿y por qué no?, quizá mejor una segunda casa de campo, un segundo o tercer auto, un refrigerador que saca cubos de hielo más grandes, un guardarropa nuevo porque esa ropa que todavía sirve ya pasó de moda.

Pero hoy solo quiero hacer la reflexión de aquello que tenemos, de aquello que "necesitamos", de aquello que es "superfluo". Y quizá entre un poco de filosofía o moral o ética en todo esto, porque pensemos que "para vivir" no se necesita ir al cine cada semana, no se necesita ir al antro todos los viernes, ni comer langosta, caviar y exquisitos platillos en fines de semana, no necesito estar suscrito a una revista que últimamente casi no leo, ni cambiar de auto cada año o cada medio año, tampoco necesito para sobrevivir un anillo de diamantes, o las perlas de la virgen, es más no necesito que me bajen la luna y las estrellas.

Quizá podría recapacitarlo si ese anillo de diamantes me hiciera los mandados, o fuera una minicomputadora o receptor como los de James Bond 007 o los gemelos fantásticos que salían en caricaturas, pero probablemente los que venden no sean así, es mas ni siquiera hablan o piensan por sí mismos, no incluyen un título de nobleza ni nada por el estilo. También puedo recapacitar en los autos deportivos, compactos o último modelo, que sí, son muy bonitos y seguros quizá (y quizá puedo poner atención en lo que dice también la gente, aquello de que cuando sales a pasear: "no necesitas pedir que las chavas bonitas se suban a tu carro, sino que con ese carro, las chicas se suben solas" :)).

Puedo recapacitar también en que puedo prescindir de ir al cine cada semana, quizá puedo ir cada mes y las demás puedo rentar una película pues sale más barato, quizá lo necesite, pero sólo como esparcimiento porque mi trabajo es muy estresante y de vez en cuando necesito algo que me distraiga y me recuerde lo divertido de la vida. Vaya, si nos vamos a los extremos encontraremos que muchas de las cosas que hoy tenemos (Gracias a Dios, la Vida, la Suerte o gracias a los demás) no son necesarias, pero NO por ello hay que pensar que NO tenemos que tenerlas, cada quien es dueño de su vida y sus decisiones, y además son algunas de estas cosas las que nos hacen esforzarnos, porque de una u otra manera generan ambición, dependerá de cada quien la forma como canaliza u orienta esta forma de ambición.

Pero vaya, haciendo cuentas, no necesito diez o veinte o cincuenta millones de pesos (un millon, dos o cinco millones de dólares o euros) que me puedo ganar con la lotería (pero qué bien vendrían ¿no es cierto?), ¿cuál sería mi reacción?, ¿en qué me los gasto?

Y aunque fuera el premio mayor, es casi nada comparados con las millonadas que se gastan en Armamento militar y en general durante Guerras. ¿¡Y saben cuántas bibliotecas se podrían crear con ese dinero!?, cuántas escuelas, o mejoras a universidades, cuántos parques, cuántos centros o canchas o estadios deportivos, cuánto dinero a investigación, a la salud, cuántas donaciones a sociedades de ayuda, a museos, a campañas de limpieza, en fin, a la preservación de nuestro mundo.

Y usted apreciable lector, ¿cómo gastaría un premio de lotería?