marzo 20, 2005

Un poema que recuerdo

Translate to: English | more...

No soy bueno para recordar cosas. Simplemente se me olvidan:
-"Acuérdate de apagar la olla con el pollo en 30 min"
Y se me olvida, ups

-"Podrías decirle que le llamé, que necesito que me conteste"
Y se me olvida...

Con el consiguiente regaño - sermón: "¿Cómo es posible que se te olviden las cosas?", "así no te van a aguantar en el trabajo", pero así es como uno aprende...

Pero hay cosas que no se van, cosas que por alguna razón se quedan, cosas que nadie me dijo: "pon atención que esto está bueno", "que no se te olvide", "acuérdate". Mi teoría es porque simplemente me gustó, porque el destino quiso que esta parte la aprendiera, que se quedara en mi mente y la recordara en ocasiones como esta.

Hará cosa de 5-6 años que escuché a un muy buen amigo: V.J.C.M. declamar este poema, cuyo nombre no recordaba ni mucho menos el autor (no con la intención claro), pero gracias al internet he podido encontrarlo por la última frase que recordaba, así como el tema.

Sembrando

De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.

Aún no sé si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡Hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño.
¡Desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
-Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.

-¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa? dije. Y el loco
murmuró, con las manos sobre la azada:
-Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho,
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

Por eso cuando al mundo, triste contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo,
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura.
Y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura.

Dijo el loco, y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
¡Hay que vivir sembrando! ¡Siempre sembrando!...

M. R. Blanco Belmonte

Nota: Creo que añadiré otros dos textos (viejos) que debo buscar para ver si son iguales en internet... (digo, a veces hay errores de dedo, así como bifurcaciones)...

comentarios:

Es la primera vez que entro, están interesantes los textos, especialmente éste poema, yo lo conocía como "El sembrador", hacía muchos años que no lo leía. Es uno de los favoritos de mi papá, ahora entiendo porqué.
Felicidades por tu nominación, sigue escribiendo.