febrero 02, 2009

Almas a reencontrar (no estamos solos).

Por aquellas extrañas razones del destino, es en esta noche fresca y apenas lluviosa que llegaron recuerdos a mi mente.

Hace algunos años, los cuales pensaría son dos o tres, pero en realidad sean cuatro o cinco, una amiga de la universidad me platicaba sobre un libro acerca de el alma y las personas que conocemos en vida. Hasta la fecha no he leído el libro, quizá sea tiempo que lo haga. Quizá después de este tiempo he olvidado el verdadero tema que me contaron, pero la breve explicación me cautivó. Sólo recuerdo que el autor es Brian Weiss.

El libro que me comentaron fue el de "Muchas vidas, muchos maestros", y me parece aporta algunas ideas interesantes acerca de la vida y las personas (almas) que conocemos. Siendo que, repito, no lo he leído, espero no echar a perder la verdadera trama, o divagar en una historia completamente re-inventada por mis vagos recuerdos.

Digamos que nuestro ser está definido por nuestra alma actual, y digamos que es una meta o regla o fin de esta alma, el alcanzar un estado superior. Llamémosle "superior" al hecho de engrandecerse espiritualmente, de entrenarse o educarse. En otras palabras, nuestra alma tiene que aprender algo en esta vida y, llegado el momento de morir, es como llegar a la evaluación final (de la última vida), pero al mismo tiempo es una evaluación parcial, como si se tratase de sólo un año o semestre escolar.

Si en la vida aprendiste a ser buen amigo, qué bien, pero por otra parte también fuiste un mal hijo o una mala persona, entonces, en la siguiente vida, ese "error" o problema será una de las metas a cubrir, en términos actuales y empresariales esto lo llamaríamos "área de oportunidad". Siendo prácticamente imposible, o mejor digamos, muy poco probable que se logren todas las metas, es decir, que es difícil ser una persona completamente ejemplar, pues es de suponer que habrá varias vidas por delante.

De igual forma, nosotros (o bien, "nuestra alma"), debemos (o debe) ayudar a otros a "realizarse". Pero lo importante que quiero comentar, es el hecho que "en cada vida", hay personas a las cuales estamos predestinados a conocer. Pre-destinadas, qué palabra, pero así lo entendí. ¿Por qué?, porque nuestra alma no está sola, así como hay cosas que debemos aprender, también nuestra alma necesita apoyo, y qué mejor apoyo que un alma "gemela".

No necesariamente solo hay almas gemelas, sino también hay otras almas, espíritus o auras que "necesitarán" encontrarse con nosotros para lograr el crecimiento en conjunto. De acuerdo a lo que comprendí, estas almas se "reconocen", sea por un brillo especial en los ojos o quizá simple empatía. Y no necesitan ser siempre "parejas", pueden darse distintas relaciones, como padre-hijo, abuelo-nieto, tía-sobrina, primos, o simples amigos, bueno, ni tan simples, porque en realidad hay "de amigos a amigos". Hay ciertas personas con las que uno se siente "a gusto", con las que uno platica sin reservas, algunos con los que uno comparte buenos momentos, algunos que pareciera conocemos de hace siglos. Y eso también es planteado en la trama, almas que nos reencontramos en distintas vidas (Eso me alegraría, ¿a uds no?, si una chica no te hace caso en esta vida, entonces quizá sea en la siguiente... habrá que ser muy paciente, pero, es una buena esperanza).

De cualquier forma, suena bastante interesante, ¿no lo cree así estimado lector?.

Por un momento, podría aceptarlo como teoría o hipótesis, aunque también soy de los que creen que el destino se lo fabrica uno mismo.

No puedo negar que hay personas que no se olvidan, los grandes amigos, los buenos maestros, y la familia. Creo que siempre hay alguien que es muy particular en cada grupo. Ah, y no quiero dejar de lado a ese "contado" grupo de personas esporádicas, esas que vemos inesperadamente o esas que pasan brevemente, o aquellos que no están tan cerca pero que quisiéramos conocer más a fondo. Ah, qué cosas... Tan solo espero que este cuento, teoría, hipótesis o mito, sea en parte cierto. He conocido grandes (y pequeñas) personas que han marcado mi vida, algunos los he tratado por años, pero es cierto que aquellas breves estrellas fugaces también los (las) recuerdo. Es mi esperanza volver a encontrarlas, y es un deseo, reencontrar algunas almas, que me ha faltado conocer más a fondo, algunas a las que les debo un gran abrazo.

Un lunes... de noche y como dije, apenas lluvioso. 2 de Febrero de 2009.