marzo 24, 2005

Algo de Civismo

Translate to: English | more...

Ni yo me lo creo. Si de verdad fuera otra persona y viera este blog pensaría que soy otro... al menos hasta este momento, por la cantidad y el tipo de comentarios que he escrito. Pero espero confiado en que el amable lector no juzgue por lo que este humilde servidor escribe.

Quien iba a decir que las libretas guardadas algún día iban a servir... bueno, algunas sí sirven, pero es raro después de 5 o 6 años...

Si alguien gusta, puede buscar este texto en internet, así como busqué el poema de Sembrando, también lo hice con este, con la diferencia de que ahora sí contaba con el "original", o bueno, al menos el papel que una maestra de Civismo me dio en secundaria, allá cuando tenía más o menos 15 años. He encontrado algunas diferencias, por ello lo transcribí, en otra versión que encontré había más que nada correcciones de estilo (algunas buenas a mi parecer), más no de contenido. Confío en que el lector sabrá entender las circunstancias y épocas en que se escribió ese texto, al igual que comprende la situación y época actual (el contexto, en palabras llanas).

(Lectura Complementaria)
Exhortación de un mexicano a su hijo

"Hijo mío, has salido a la luz del vientre de tu madre como el pollo del huevo, y creciendo como él, te preparas a volar por el mundo, sin que nos sea dado saber por cuánto tiempo nos concederá el cielo el goce de la piedra preciosa que en ti poseemos; pero sea lo que fuere, procura tu vivir rectamente rogando continuamente a Dios que te ayude. Él te crió, y el te posee. Él es tu padre y te ama más que yo: pon en él tus pensamientos, y dirígele día y noche tus suspiros. Reverencia y saluda a tu amyores, y nunca les des señales de desprecio; no estés mudo para con los pobres y atribulados, antes bien date prisa a consolarlos con buenas palabras. Honra a todos, especialmente a tus padres, a quienes debes obediencia, temor y servicio. Guárdate de imitar el ejemplo de aquellos malos hijos, que a guisa de brutos privados de razón, no reverencían a los que les han dado el ser, ni escuchan su doctrina, ni quieren someterse a sus correcciones, porque quien sigue sus huellas tendrá un fin desgraciado y morirá lleno de despecho, o lanzado a un precipicio o entre las garras de las fieras.

No te burles, hijo mío, de los ancianos y de los que tienen alguna imperfección en su cuerpo. No te mofes del que vea cometer una culpa o flaqueza, ni se la eches en cara; confúndete, al contrario, y teme que te suceda lo mismo que te ofende en los otros. No vayas a donde no te llamen ni interfieras en lo que no te importa. En todas tus palabras y acicones procura mostrar tu buena crianza. Cuando converses con alguno no le molestes con tus manos, ni hables demasiado, ni interrumpas o perturbes a los otros con tus discursos. Si oyes hablar a alguno desacertadamente y no te toca corregirlo, calla; si te toca, considera antes lo que vas a decirle, y no le hables con arrogancia, a fin de que sea más agradecida tu corrección.

Cuando alguno hable mal contigo, óyelo atentamente y en actitud comedida, no jugando con los pes, ni mordiendo la capa, ni escupiendo demasiado, ni alzándote a cada instante si estás sentado; pues estas acciones son indicios de liderazgo y mala crianza.

Cuando te pongas a la mesa, no comas aprisa ni des señales de disgusto si algo no te agrada. Si a la hora de comer viene alguno, parte con él lo que tienes y cuando alguno coma contigo, no fijes en él tus miradas.

Cuando andes, mira por donde vas, para que no te torpieces con los que pasan. Si ves venir alguno por el mismo camino, desvíate un poco para hacerle lugar. No pases nunca por delante de tus mayores, sino cuando sea absolutamente necesario o cuando ellos te lo ordenen. Cuando comas en su comapñía, no bebas antes que llos y sírveles lo que necesiten para granjearte su favor.

Cuando te den alguna cosa, acéptala con demostraciones de gratitud. Si es grande, no te envanezcas; si es pequeño, no lo desprecies, ni te indignes ni ocasiones disgusto a quien te favorece. Si te enriqueces, no te insolentes con los probres, ni los humildes, pues los dioses que negaron a otros las riquezas para dártelas a ti, disgustados de tu orgullo, pueden quitártelas para darles a otros. Vive del fruto de tu trabajo, porque así te será más agradable el sustento. Yo, hijo mío, te he sustentado hasta ahora con mis sudores, y en nada he faltado contigo a las obligaciones de padre, te he dado lo necesario sin quitárselo a otros; haz tu lo mismo.

No mientas jamás, que es gran pecado mentir. Cuando refieras a alguno lo que otro te ha contado, di la verdad pura, sin añadir nada. No hables mal de nadie. Calla lo malo que observes en otro, si no te toca corregirlo. No seas noticiero ni amigo de sembrar discordias. Cuando lleves algún recado, si el sujeto al que lo envías se enfada y habla mal de quien lo envía, no vuelvas a él con esta respuesta, sino procura suavizarla, y disimula cuanto puedas lo que hayas oído, a fin de que no se susciten disgustos y excándalos de que tengas que arrepentirte.

No te entretengas en el mercado más del tiempo necesario, pues en estos sitios abundan las ocasiones de cometer excesos.

Cuando te ofrezcan algún empleo, has de cuenta que lo hacen para probarte, así que no lo aceptes de pronto, aunque t reconozcas más apto que otros para ejercerlo, sino excúsate hasta que te obliguen a aceptarlo, pues así serás más estimado.

No seas disoluto, porque se indignarán contra ti los dioses. Reprime tus apetitos, hijo mío, pues aún eres joven, y aguarda a que llegue a edad oportuna la doncella que los dioses te han destinado para mujer. Déjalo a su cuidado, pues ellos sabrán disponer lo que más convenga. Cuando llegue el tiempo de casarte, no te atrevas a hacerlo sin el consentimiento de tus padres, porque tendrás un éxito infeliz.

No hurtes, ni te des al robo, pues serás el aprobio de tus padres, debiendo más bien servirles de honra en galardón de la educación que te han dado. Si eres bueno, tu ejemplo confundirá a los malos. No más, hijo mío; esto basta para cumplir las obligaciones de padre. Con éstos consejos quiero fortificar tu corazón. No los desprecies ni los olvides, pues de ellos depende tu vida y toda tu felicidad."

Estos preceptos morales del México Indígena son reportados por Clavijero.


0 comentarios: