abril 28, 2014

Porque tengo un libro abierto, y no quiero cerrarlo.

Translate to: English | more...


Algunas veces me pregunto cómo es que algunas partes de mi vida han quedado sin una especie de testimonio, sin una fotografía, o quizá sin palabras escritas. No es que cada momento de mi vida necesite una huella, pero sin embargo, hay cosas que uno quisiera recordar más tiempo.

Recordar esa sensación del regalo esperado, recordar cuando estaba llorando y alguien me consoló, quizá incluso cuando me caí y me dolió, y quizá antes decidí olvidarlo pronto, pero tiempo después me doy cuenta que me gustaría recordarlo para poder darme cuenta de lo distinto que soy, o quizá recordar eso que me dolió para valorar mi situación actual, de la cual puedo quejarme, pero en realidad es mejor que antes.

Recordar esa calle oscura, esa lluvia y olor a tierra mojada, esa comida gratamente rica, ese té o ese café, esa noche de insomnio o ese amanecer, esa caminata solitario, y también esa camino acompañado, recordar de una manera más nítida lo que me hacía feliz antes y también lo que no me gustó. Para re-adaptarlo, y no porque quiera "vivirlo" de la misma forma, porque es imposible, sino porque quiero vivirlo como soy ahora, vivirlo por primera vez a esta nueva edad, en este nuevo lugar, con esta nueva felicidad.

Creo que nunca podré entender el destino, la vida, las circunstancias, las palabras pronunciadas sin pensar sino que sólo fueron sentidas, aunque nos podamos arrepentir, ni podré comprender las palabras perfectas que quedaron pendientes de decirse, pero seguramente quedaron reflejadas de alguna otra forma, por la mirada, por el abrazo.

Escribo, como una manera alterna de escucharme en voz alta, porque dejo fluir los pensamientos para intentar reconocerme, incluso a veces sorprenderme si soy yo el que escribe o es el momento el que me motiva. Quizá sólo de este modo soy capaz de reconocer en mis silencios esos recuerdos que me imagino sin huella. Quizá sólo mediante este cristal llamado memoria, puedo ver internamente esas palabras invisibles que sólo se ven a través de un espectro distinto.

Escribo para llenar esos huecos, para dejar una especie de enlace entre mi subconsciente que se oculta y mi consciente. Para recordarme que cada vivencia ha sido un aprendizaje, algunos buenos, algunos malos, y al día de hoy no me afecta recordarlos, algunos me dejarán una sonrisa por la travesura realizada, algunos una lágrima por la persona que se fue, algunos una especie de agradecimiento por haberme encontrado con esa persona que resultó ser uno de los mejores maestros que tuve, otras escenas me recordarán a una gran amistad.

Y curiosamente, un día como hoy, agradezca todos esos momentos, aunque algunos hayan dolido o considere (ingenua y erróneamente) imperfectos. Porque noches como esta, me doy cuenta que así tenían que ser. Porque así como fueron están perfectos, porque gracias a ellos, al día de hoy me permiten vivir algo que no logré imaginar, porque pensaré y revaloraré, porque ahora no decidiré comparar momentos, porque habiendo tanto por vivir, no quisiera ahora releer páginas del pasado, no me atreveré a prejuzgar mi futuro, porque no quiero predestinarlo, quiero vivirlo como viene, porque quiero disfrutarlo, porque tengo un libro abierto y no quiero cerrarlo.

Zapopan, Jalisco.

0 comentarios: